Con 84 años, Amparo, soltera y con dos hijos, tiene dificultades para llegar a fin de mes, con su pensión no tiene suficiente. Propietaria de un piso en el barrio de Les Corts, en Barcelona, tasado en 287.956 euros, contrató el pasado mes de abril una hipoteca inversa, recibiendo cerca de 18.000 euros al inicio y una renta vitalicia de 700 euros al mes.
Pedro, 74 años, viudo y sin hijos, ha optado por contratar otro producto llamado renta vitalicia inmobiliaria. Gracias a su vivienda, tasada en 191.000 euros, en el barrio de Vallecas, en Madrid. Desde junio está cobrando 610 euros mensuales de por vida y seguirá viviendo en su casa.
Todos ellos han utilizado su vivienda para mejorar su renta mensual y, por lo tanto, su calidad de vida, sin renunciar a su hogar.
En España hay más de ocho millones de personas mayores de 65 años con muy poco dinero en efectivo pero sí en patrimonio, casi el 90% es propietario de una vivienda.
La edad, la esperanza de vida y el valor de la vivienda, fijado mediante tasación oficial, son los factores que más se tienen en cuenta a la hora de fijar la renta. A más edad y más valor del inmueble, más renta. Para un piso tasado en 195.000 euros el propietario cobraría 185 euros mensuales si tiene 65 años. Pero si es mayor de 85 años la renta ascendería a 600 euros. Si el piso está valorado en 600.000 euros y el dueño tiene más de 85 años de edad percibirá 1.850 euros mensuales de por vida.
Otro requisito es que la vivienda debe estar libre de cargas y una buena ubicación es fundamental para que la operación se lleve adelante. El tipo de vivienda más habitual de las operaciones cerradas es un piso en ciudades como Madrid, Barcelona, Bilbao o Sevilla.